“Los temas que aquí
se traten implican un cambio en los modos de producción
mundial”
Entrevista a Ginés González
García, Ministro de Salud y Ambiente de la Nación
y presidente de la COP 10
¿Cuál es la importancia de la realización
de esta Cumbre?
Esta Cumbre de Cambio Climático, llamada COP
10 porque es la décima convención que se hace, reviste
una particular importancia porque es la primera que se hace a
partir de la aprobación del Protocolo de Kyoto. El Protocolo
es una de intención de los países de reducir sus
emisiones de gases que producen el efecto invernadero (causal
del calentamiento y del cambio climático) de manera tal
de volver a niveles inferiores a los que existían en esos
países en el año 1990. Durante mucho tiempo el Protocolo
no contaba con los votos necesarios para su aprobación,
y el reciente voto de Rusia generó esa cantidad necesaria.
¿Porqué ese voto fue definitorio?
Porque el sistema una especie de voto calificado,
se vota de acuerdo con la potencialidad contaminante. Los grandes
países, que son grandes contaminantes, tienen un porcentaje
de votos mucho más alto que, por ejemplo, Argentina que
es un país poco contaminante. Nosotros somos responsables
solamente del 0,6 % de la contaminación de los gases de
efecto invernadero del total de los contaminantes del mundo.
¿Qué significa para la Argentina
y para el mundo la realización de la COP en este nuevo
contexto?
En principio, es la primera que se hace con esta
vigencia. Esto implica un compromiso internacional de todos los
países para asumir una responsabilidad colectiva vinculada
al cuidado del ambiente en lo que hace a la disminución
del impacto del cambio climático, en general, pero también
tratar de disminuir el propio cambio climático. Para Argentina
es una posibilidad de liderar una convocatoria vinculada con un
tema de ambiente, que es un tema mundial. Pero también
es la posibilidad de recrear el valor de la Argentina, en la medida
en la que ésta es la primera conferencia que cuenta con
participantes de tantos países. Los temas que aquí
se traten implican un cambio en los modos de producción
mundial. O sea, vienen cambios muy importantes en la economía
mundial y esto nosotros lo vamos a enfocar, no sólo con
la responsabilidad colectiva sobre el tema ambiental y de cambio
climático, sino también, con la potencialidad que
las oportunidades le dan a Argentina en función de su gran
patrimonio ambiental. Por eso, para nosotros esta conferencia
es muy importante, también por la altísima representatividad
política que habrá, ya que estarán presentes
todos los ministros de los grandes países del mundo. Se
nos presenta una posibilidad de seguir trabajando intensamente
en el tema ambiental, teniendo en cuenta que lo que hagamos ahora,
y que todos los esfuerzos que hagamos para prevenir los efectos
de los gases invernadero, son cuestiones que se van a empezar
a sentir dentro de algunos años. Es un compromiso con el
futuro, es un fenómeno solidario con las generaciones futuras,
y que contribuye a cuidar el enorme patrimonio que tenemos que
es muestra tierra.
¿Cuál es el compromiso de las
empresas en este tema?
En primer lugar, los compromisos son de los países,
no de las empresas, lo que pasa es que las empresas están
radicadas en los países. Nosotros estamos tratando de generar
ese compromiso, esa conciencia, para bajar su cantidad de emisiones.
En ese sentido, cada país esta regulando esas empresas.
Pero también los ciudadanos, porque hoy empieza a ser un
valor que las empresas sean menos contaminantes. Muchos productos
se publicitan hoy, justamente, diciendo que son poco contaminantes,
o que producen bajas emisiones de los gases que producen el efecto
invernadero. Este es un cambio global. Lo tenemos que hacer los
individuos, las empresas, pero lo regulan no solo los gobiernos,
sino por una organización que esta por encima de los gobiernos,
como es Naciones Unidas. Allí radica el sentido de ésta
Cumbre. Naturalmente, también genera ciertas incertidumbres.
Pero implica la renovación de un compromiso colectivo.
Uno de los problemas que tienen los países
en desarrollo, como el nuestro, es la adaptación a las
consecuencias del cambio climático. Por ejemplo a las sequías,
o las inundaciones, como la de Santa Fe. ¿Cuáles
son los proyectos del gobierno argentino al respecto? ¿Cómo
se va a adaptar la Argentina al cambio climático que ya
está presente?
Hay dos cuestiones diferentes. Por un lado mitigar,
que es reducir la cantidad de gases, y por otro lado, prepararse
para las consecuencias. En las dos líneas, sobre todo en
la segunda, estamos trabajando con todas las áreas del
gobierno. Que el presidente haya decidido que el área ambiental
este a mi cargo implica, por supuesto, el enorme compromiso que
el tema ambiental tiene con la salud. Por ejemplo, para que se
ubique, el cambio climático se vincula muy directamente
con las enfermedades transmitidas por vectores. ¿Qué
quiere decir esto? Hoy tenemos un problema muy serio con el dengue.
En Argentina hay más de 100 municipios en estado de alerta
roja por el dengue y naturalmente cualquier modificación
en el clima que genere mayor temperatura, mayor humedad y que
los vectores, en este caso los mosquitos, se puedan desarrollar
mejor, potencia la ampliación de esta enfermedad. Este
es uno de los temas para los que nosotros tenemos que prepararnos,
para que ese tipo de enfermedades se reduzca, por eso hemos intensificado
todas las acciones vinculadas con estas enfermedades. Hay otro
tipo de enfermedades, que las recodaba porque han sucedido en
Santa Fe, que son las enfermedades transmitidas por vía
hídrica. En este sentido, las grandes precipitaciones las
propician. Entonces, también hay una especial consideración
por el tipo de enfermedades que se desarrollan con mayor frecuencia
como producto de estos trastornos del clima (diarreas, hepatitis,
etc.) y la estructura de salud se adecua para poder atenderlas.
¿Cuáles pueden ser las consecuencias
económicas y comerciales para Argentina de la puesta en
vigencia del Protocolo de Kyoto?
Cuando
hay un cambio climático puede haber perdedores y ganadores.
Por ejemplo, el cambio en el régimen de lluvias está
generando una extensión de la frontera agrícola.
Hay campos que no eran agrícolas y que ahora lo son, pero
también hay otros que estaban en zonas muy propicias y
que actualmente se encuentran inundados. Queremos darle, por decisión
del Presidente, un enfoque más vinculado con la equiparación
de los riesgos y los costos en este tipo de cuestiones. Todo el
mundo sabe que los países desarrollados son los principales
contaminantes, solamente EEUU es el responsable de un cuarto de
la contaminación de estos gases. Entonces, estamos buscando
generar mecanismos compensatorios asociados al patrimonio ambiental
que tienen nuestros países y con el desarrollo de industrias
limpias que brinden una potencialidad económica de nuestro
país, teniendo en cuenta los cambios que se avecinan en
la economía mundial.