Sorpresas de la vida

 

La vida siempre trae sorpresas. Realmente uno cuando se levanta no sabe lo que le va a tocar. Es cierto que somos libres y que por ello seremos responsable de nuestros actos, pero el hombre vive en sociedad y quizás a veces suframos los actos de otras personas, y porqué no, también, ser responsables por ciertos actos del prójimo.

 

La vida te trae sorpresas y todos estamos a la deriva de un nuevo acontecimiento, quizás el menos pensado. Se puede estar viviendo momentos únicos, momentos felices, y de pronto ser atacados sorpresivamente por un hecho o palabras inesperadas. La fuerza estará pues en como reacciona cada uno ante tales hechos.

 

Sin duda existen los hombres fuertes, los que considero no son los que nada le mueve ni un sentimiento, sino aquellos a los que sí les mueve, a los que sí los hace reflexionar, pero lejos de dejarse caer lo usa para crecer.

 

El hombre débil en cambio con temor al fracaso, con temor a quedar apartado de la Sociedad, trata de amoldarse a quienes los rodean, trata de hacer caso a todo lo que le dicen, pero se olvida cuales son las bases que lo hicieron llegar hasta ese lugar. Se olvida cuales fueron los principios en los que se baso para crecer. Se olvida de su propia dignidad.

 

Podra sobrevivir a los hechos mas dolorosos aquella persona que sepa quien es él. Aquel quien haya meditado con anterioridad el rol que viene a cumplir, aquel que tenga en claro quien es la gente que la rodea. Podrá sobrevivir quien tenga en claro cual es la esencia de su ser.

 

A veces unos necesitan defensa de lo que les dicen otros en cambio lo aceptan con dignidad, pero no necesitan gritar a los cuatro vientos su defensa pues ya tienen muy en claro lo que cada uno piensa de él, lo que las personas que lo quieren sienten de él, y lo que es mas importante lo que uno mismo conoce de si.

 

Los golpes pueden hacer doler la piel,

las miradas pueden hacer arder los ojos,

las palabras pueden lastimar el corazón.

 

Pero siempre estará quien sepa reaccionar. Es difícil no confundir egocentrismo con dignidad. Es difícil no confundir que alguien quiera levantar la cabeza y seguir, con decir este se va a chocar.

 

Esta en cada uno evaluar sus actos. Seguir sus creencias, sus principios. Agradecer su enseñanza y/o su aprendizaje. Estará en el prójimo la aceptación del otro.

 

Tomás Thibaud

7 de julio de 2003.