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Eduardo Barreiro:
“ EL DESARROLLO DE ENERGIAS ALTERNATIVAS DEBE SER UNA PRIORIDAD EN EL CORTO Y MEDIANO PLAZO EN LA ARGENTINA”

Así lo sostuvo, durante la entrevista que realizó con Ecopuerto.com, Eduardo Barreiro, licenciado en Química, consultor en temas de Energía y director de la Society of Petroleum Engineers, regional argentina.
Barreiro posee una vasta trayectoria en el sector energético: fue conferencista en más de 80 Congresos y Seminarios de la industria, ha integrado Comités Técnicos de diversos Congresos y ha publicado más de 94 trabajos técnicos sobre estas cuestiones; entre otras actividades.
En diálogo con Ecopuerto, el especialista remarcó que la caída en la producción de petróleo, junto con la falta de incorporación de nuevas reservas debido a la insuficiente exploración desarrollada, motiva la necesidad de aumentar la participación de las energías renovables en la matriz energética nacional.

¿Cuál es la situación de la Argentina en materia de reservas de petróleo?
La Argentina tiene 24 cuencas sedimentarias, de las cuales sólo 5 están en operación. Esas cuencas son las que en su momento descubrió YPF, no se han descubierto nuevas cuencas porque no ha habido inversión exploratoria suficiente. Hace falta explorar y para ello las empresas necesitan una serie de medidas de tipo legal, que incentiven la exploración. Nuestro país tiene mucha potencialidad exploratoria. Para dar un ejemplo, en los últimos dos años PetroAndina realizó una serie de descubrimientos, yacimientos nuevos, en Mendoza Sur, los cuales desarrolló. Si PetroAndina encontró petróleo, ¿por qué otras empresas no podrían encontrarlo en zonas marginales de esa cuenca o inclusive en otras zonas de la Argentina?
De todas formas aunque se reconocieran precios internacionales de este energético y todas las compañías comenzaran a explorar y tuvieran suerte, habría que esperar unos 7 años para que aparecieran los primeros petróleos comerciales. Es decir, que vamos a pasar por un período bastante largo, que probablemente comenzará en el año 2009, en el cual la Argentina va a perder el autoabastecimiento que había logrado con YPF en 1982, y tendrá que importar petróleo. De manera que para el petróleo y el gas nuestro pronóstico es reservado: en el mejor de los casos la producción se mantendrá en los niveles actuales por un poco de tiempo más y después comenzará a decaer.

En este contexto, ¿qué rol piensa que deberían jugar las energías renovables teniendo en cuenta el tema del aseguramiento del suministro energético?
Vale subrayar que aunque la producción de petróleo se mantuviera constante igual no alcanzaría, porque la demanda va incrementándose. De manera que el desarrollo de energías alternativas debe ser una prioridad en el corto y en el mediano plazo. En el largo también, pero por el cumplimiento del Protocolo de Kyoto. Hay que tener en cuenta que en la próxima Cumbre Mundial sobre Cambio Climático que se realizará en diciembre en Bali (Indonesia), se fijarán los nuevos compromisos de los países post 2012. En este sentido, la Argentina seguramente dejará de ser un país “No Anexo 1” y asumirá compromisos vinculantes de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Debemos desarrollar energías alternativas, que puedan ir reemplazando el uso de combustibles fósiles. Estas energías a las que me refiero son fundamentalmente los biocombustibles, la energía eólica y la nuclear, a la fotovoltaica todavía le falta un poco de desarrollo tecnológico que permita bajar sus costos de instalación.
Otro tema interesante es el del carbón, que se ha empezado a emplear, ya se está desarrollando tecnología para capturar las emisiones de CO2. La Argentina tiene importantes recursos de carbón que podrían llegar a las 4 mil millones de toneladas Ese dato es de 1982 y fue lo último que prospectó Yacimientos Carboníferos Fiscales en la provincia de Santa Cruz (cuencas del río Coyle y del río Santa Cruz). Es interesante en el largo plazo, siempre y cuando podamos secuestrar el CO2.

¿Cuáles energías alternativas pueden ser más competitivas en la actualidad?
En este momento en mi opinión la más competitiva es la energía eólica. Si hoy tomamos los precios de importación de gas, que oscilan en torno a los U$S 5 por millón de BTU en frontera, la eólica podría competir con la electricidad generada a partir de gas.
No ocurre lo mismo si se compara su precio con el de la energía termoeléctrica generada localmente, ya que el precio del gas en boca de pozo en la Argentina es mucho más bajo: de aproximadamente U$S 1,40 por millón de BTU, y por eso a la eólica le resulta difícil competir.
Vale subrayar que una de las ventajas de la energía proveniente del viento es su carácter modular: se puede montar la cantidad de molinos que se necesite Además una vez que se instalan los primeros molinos comienzan a generar y luego del repago, financian la instalación de equipos adicionales.
La propia instalación permite financiar los costos de las nuevas máquinas que se instalen.
Otra energía alternativa que es muy competitiva es la nuclear, pero el problema es que para desarrollar un proyecto nuclear se necesita un período de tiempo extremadamente largo (entre unos 8 o 9 años).Por supuesto, cuanto antes comencemos con Embalse 2 (u otra locación) mucho mejor.

Pasando al tema del compromiso ambiental, ¿cómo piensa que evolucionó la preocupación por el cuidado del medio ambiente en el sector petrolero?
Vale aclarar que durante muchos años el petrolero no tuvo una conciencia ambiental, pero creo que eso ha cambiado. Hoy en día los proyectos incluyen la realización de un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) y se trabaja bastante bien. En general se desarrollan prácticas de operación recomendadas y se está teniendo bastante cuidado. No hay que olvidar que a partir de la reforma constitucional del ´94, la propiedad de los recursos naturales pasó a las provincias y a estas no les interesa que se produzcan problemas ambientales en su propio territorio; y están implementando importantes sistemas de control.

En su opinión, ¿qué incidencia tendrán las cuestiones ambientales en la futura explotación petrolera?
A los problemas ambientales se los puede dividir en dos grupos: los de influencia local y los de impacto global. La humanidad primero se dedicó a resolver los problemas de contaminación local. Para ello, por ejemplo en calidad del aire, incorporó catalizadores en los escapes de los vehículos y realizó mejoras en la calidad de los combustibles. Y como consecuencia de eso hoy caminar por cualquier ciudad europea no implica respirar altas concentraciones de tóxicos como en Buenos Aires y otras ciudades argentinas. Los problemas locales están solucionados o en vías de solución.
El mundo se está dedicando a resolver los problemas de impacto global; la emisión de CO2 y otros gases de efecto invernadero que son causantes del cambio climático. Esta cuestión tiene una presencia muy fuerte en Europa. Vale tener en cuenta que todos los países europeos firmaron el Protocolo de Kyoto, inclusive Rusia, y que sólo dos países del Anexo 1 (Estados Unidos y Australia), no suscribieron este acuerdo. En el caso de Estados Unidos, la presión popular para que el país reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) es tremenda y el gobierno estadounidense va a tener que tomar alguna acción, si bien no creo que firmen el Protocolo de Kyoto como está ahora porque obliga a Estados Unidos a bajar sus emisiones a un valor inferior al de 1990 y eso no es posible.
Con respecto a Australia, este país no suscribió el acuerdo, porque utilizan mucho carbón para la generación eléctrica, ya que el gas que tienen lo exportan a Japón a un precio muy bueno.
Los países Anexo 1 que firmaron el Protocolo cada vez están ejerciendo una presión mayor hacia los países No Anexo 1 para que estos reduzcan sus emisiones de GEI en el próximo período de control desde 2013 hasta 2017. Esto va impulsar el desarrollo de tecnología para obtener energías alternativas, desde la biomasa hasta la celda fotovoltaica, que permitan el logro de ese objetivo.


¿Y qué medidas considera que tiene que tomar la Argentina en este sentido?
El Gobierno tiene que estudiar la manera de modificar la matriz energética nacional, para promover la incorporación de fuentes menos contaminantes. Hoy dependemos casi en un 90% del petróleo y del gas natural y la idea sería reducir ese porcentaje al 60% y aumentar la participación de las renovables, en un plan de 10 a 15 años. Por lo que resulta esencial realizar un planeamiento energético de mediano y largo plazo, ya que el mercado por sí sólo no resuelve todos los problemas y la planificacion energética es imprescindible.
Para lograr este cambio en la matriz energética argentina se requiere a mediano plazo la internacionalización de los precios de los combustibles. Si bien todavía el futuro no se ve claro, creo que esto va a llegar, porque no es sustentable en el tiempo una política de precios de combustibles completamente distinta de los precios internacionales.
Este proceso puede llevar unos 5 años o más y cuando eso ocurra, la Argentina podrá aprovechar sus ventajas comparativas, ya que tiene un gran territorio para producir biocombustibles, tiene recursos eólicos muy importantes, cuenta con recursos carboníferos y puede desarrollar la energía nuclear. La población está favorecida con los precios locales que son 1/3 o menos que los internacionales, pero esos bajos precios locales no retribuyen la inversión como en otros países. Con lo cual no hay fondos importantes que se canalicen a nuestro país.
Tampoco hay decisión de inversión por parte del Estado para, por ejemplo, explorar algunas de las cuencas inexploradas financiando adecuadamente la actividad exploratoria, a través de presupuestos adecuados para Enarsa.
Finalmente, también se necesitaría impulsar una ley de promoción tecnológica, que otorgue desgravaciones impositivas al desarrollo de tecnología en el campo de las energías alternativas y renovables.

 

 

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