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Gerardo Ravinovich:
“EN ENERGIA HAY QUE CONSOLIDAR UN SECTOR DE PLANEAMIENTO ESTRATEGICO
DENTRO DEL ESTADO”
Esto lo afirmó el prosecretario del
Instituto Argentino de la Energía General Mosconi
(IAE), durante el diálogo que mantuvo con Ecopuerto.com.
El aseguramiento del abastecimiento de gas natural, gasoil
y electricidad son en su opinión las prioridades para
la agenda de la Argentina de aquí al 2011. En cuanto
al tema de las energías renovables, consideró que
en la medida en que la emisión de gases de efecto
invernadero tenga una penalización económica,
será posible destinar fondos a las áreas de
Investigación y Desarrollo, que permitan disponer
de tecnologías renovables a costos accesible en el
corto plazo.
¿ Qué balance realiza de la situación energética
argentina?
La Argentina, nosotros lo hemos advertido desde el Instituto
ya hace tiempo, se encuentra en una crisis energética
estructural. Esta afecta fundamentalmente al gas natural, que
es la columna vertebral de nuestro sistema energético
y la abundancia de este combustible ha disminuido significativamente
desde los años ’90 a la actualidad. Ahora tenemos
un horizonte de reservas de 8 años -con lo cual es impensable
construir un gran gasoducto desde nuestros yacimientos a los
centros de consumo-, y una producción estancada frente
a una demanda que crece.
Para salir de esta crisis es necesario realizar grandes inversiones
a largo plazo, para el descubrimiento de nuevas reservas y el
desarrollo de nueva infraestructura eléctrica que consuma
otros combustibles.
Con respecto al sector eléctrico, también tiene
un déficit importante en la capacidad de generación,
ya que no se hacen inversiones desde el año ’89
y no se inaugura una central desde aproximadamente el año
2000. Así que todo esto conjugó una situación
crítica en el sistema energético, que además
no se resuelve en poco tiempo ni con decisiones mesiánicas.
¿Y cuál es la situación de las reservas
y de la producción de petróleo?
Desde el año ’98 hasta la actualidad la producción
de petróleo viene disminuyendo, es la caída más
pronunciada que se dio en la historia. Las reservas están
en un valor más o menos histórico, que es del orden
de los 400 millones de m3, pero no se reponen. Entonces, la situación
de la industria petrolera es la de una industria que consume
y no repone.
¿Y por qué se da ese factor?
Porque la Argentina ha perdido atractivo como país receptor
de inversiones en el sector petrolero, y lo ha perdido porque
las empresas que están establecidas en el país
tienen intereses estratégicos en otras regiones del mundo,
que están más cerca de los mercados y en las que
el petróleo se puede obtener de forma más barata
y segura. Entonces, se necesita reconstruir una mecánica
positiva que oriente la inversión. En especial, hace falta
una nueva ley de Hidrocarburos y crear un Comité Ínter
jurisdiccional, que compatibilice esa política energética
nacional con los intereses de las provincias, que a partir de
la reforma constitucional del ’94 tienen la potestad de
los recursos naturales.
En su opinión, ¿cuándo comienza la preocupación
ambiental en el sector petrolero?
Fundamentalmente a partir de la década de los ’90,
las empresas empiezan a cuidar más el impacto de sus operaciones
porque hay una mayor presión de la sociedad respecto de
la preservación ambiental. En ese momento se realiza la
Cumbre Mundial sobre Medio Ambiente en Río de Janeiro
en 1992 y posteriormente se lanza el Protocolo de Kyoto en 1997
para encarar el problema del calentamiento global. Es decir,
tanto a nivel global como local se empieza a tomar conciencia
sobre la necesidad de cuidar el medio ambiente y las empresas
comienzan a responder a esa demanda.
¿Cómo ve la evolución de las energías
renovables a futuro?
En la medida en que aumente la presión para reducir determinados
contaminantes, como las emisiones de CO2, y que eso tenga un
costo económico, entonces van a empezar a ser competitivas
otras alternativas energéticas. Además, eso va
a permitir que se canalicen fondos a actividades de Investigación
y Desarrollo, que posibilitarán la evolución de
las tecnologías que hoy emplean las energías renovables,
de manera que estas estén disponibles a costos accesibles
en el corto plazo.
En diciembre habrá una nueva cumbre mundial sobre el Cambio
Climático en Valí (Indonesia), donde los países
deberán acordar nuevos compromisos de reducción
de emisiones post 2012. Considero que la necesidad de encarar
este problema está motivando que nuevas energías,
como los biocombustibles, se empiecen a hacer un pequeño
lugar, pero que irá creciendo a largo plazo.
¿Y qué ocurre en la Argentina?
En nuestro país contamos con una ley que se sancionó recientemente
para la promoción de las energías renovables, que
prevé que dentro de 10 años un 8% de la energía
eléctrica se produzca con estas fuentes. Si bien el 8%
es un objetivo pequeño, creo que este es un movimiento
que no se va a detener, porque de lo contrario no se va a poder
seguir viviendo en el planeta.
De acuerdo a su visión ¿qué medidas se necesitarían
desde el Gobierno para garantizar la seguridad energética
en el país?
Creo que el Gobierno tiene una agenda energética y debe
garantizar el suministro pero, ¿con qué recursos,
de dónde los obtendrá y a qué costo? Las
respuestas a estos interrogantes, en mi opinión, deberían
surgir de cuerpos técnicos, que trabajen durante cierto
tiempo en el área. Y el próximo Gobierno debería
estar dispuesto a financiar esos cuerpos técnicos, cuya
responsabilidad sería dar soluciones que contemplen el
bien público y que definan los futuros objetivos de evolución
energética de la Argentina.
Vale resaltar que de aquí hasta el año 2010 las
decisiones ya están tomadas. Entonces, en ese período, ¿qué se
debería asegurar? Hay que garantizar el abastecimiento
de gas natural, de gasoil y de energía eléctrica. ¿De
qué manera? Estableciendo un marco regulatorio que nos
permita satisfacer las demandas en estos próximos años.
Pero además ese marco debería fijar el camino hacia
el futuro, estableciendo garantías para los inversores
privados, por ejemplo, respecto de los precios que percibirán
por la energía generada a partir de una nueva central
hidroeléctrica o nuclear y sobre la manera en que se van
a financiar las importaciones de gasoil.
Por último, ¿qué instituciones se requerirían
para definir la política energética
argentina?
Todo esto requiere una agenda y creo que hasta
se podría
pensar en la creación de un Ministerio de Energía
y pensar en la unificación de los entes reguladores de
electricidad y gas en organismo único. También,
en la conformación de un Consejo Nacional de Energía
Interministerial, que brinde un marco institucional y defina
la política energética del país no sólo
para el año próximo sino para después de
2011. Pero para llegar al año 2011, las decisiones hay
que tomarlas hoy, ya que el sector energético tiene como
característica particular que requiere un planeamiento
estratégico a largo plazo. Estas decisiones las tiene
que tomar un estadista y considero que ese es el gran desafío
del sector: consolidar un sector de planificación estratégica
en Energía dentro del Estado.
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