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Reportaje a Osvaldo M. Sonzini, ex Secretario de Política Ambiental de la Provincia de Buenos Aires


"Es indispensable jerarquizar el área ambiental en la Provincia"

Ud., en su oportunidad, tuvo la responsabilidad de organizar y conducir la Secretaría de Política Ambiental de la Provincia de Buenos Aires, ¿ podría explicar brevemente cúales fueron los principales objetivos que se impuso en aquel momento? Y si fuera necesario, explicar muy brevemente el contenido ambiental de la Provincia cuando asumió el Cargo.

Retrotrayéndonos a 1995, corresponde enfocar el contexto ambiental en la Provincia desde dos ángulos. Legalmente la Legislatura Provincial había sancionado leyes, aún vigentes, que constituían un “piso” de gran fortaleza e inédito en el resto de las Provincias Argentinas. Leyes de Radicación Industrial, Residuos Especiales y Patogénicos y Marco Ambiental auguraban desde lo jurídico y normativo un futuro auspicioso.

Luego del breve interregno del Instituto Provincial del Medio Ambiente, llegamos a fines de 1995 en que por ley y con rango de Ministerio, el Gobernador Dr. Eduardo A. Duhalde, crea la Secretaría de Política Ambiental confiándome, hasta fin de 1999, la titularidad de la misma. Destaco mi permanente agradecimiento a mis colaboradores en esa circunstancia, habida cuenta que sobre la base de un grupo humano homogéneo, desarrollé la gestión sobre tres ejes principales:

1. Conformación de un marco regulatorio sencillo, transparente, participativo y equitativo partiendo de la legislación precitada. A ello debe sumarse una particular preocupación por la fiscalización, dotando a sus componentes humanos del mejor equipamiento disponible en el mercado.

2. Diálogo permanente, abierto y positivo con las expresiones de la comunidad, organizadas bajo la forma de ONGs, preocupadas por el tema ambiental.

3. Clara y transparente vinculación con los medios, informando objetivamente, explicitando el comportamiento en sus alcances y limitaciones.

¿En su gestión contó con el apoyo explícito de las autoridades provinciales, o tomaban éstas el tema como una gestión”obligada” para “cumplir”?

El apoyo y la coordinación con las autoridades provinciales operó en varios aspectos y de una manera positiva. Si juzgamos por los resultados se acordaron aspectos importantes de la reglamentación de la Ley de Residuos Patogénicos con el Ministerio de Salud e igualmente con el Ministerio de Producción en cuanto a la Evaluación de Impacto Ambiental de las explotaciones mineras (particularmente rocas de aplicación), y pueden citarse otras acciones en la misma dirección. Por otra parte, la operatoria no se limitó a lo estrictamente provincial; vg. el abordaje de barcos que produjeron un derrame de hidrocarburos en el Río de la Plata frente a las costas de Magdalena generó un Comité de Crisis con la participación de la Prefectura Naval Argentina, el Municipio afectado y posteriormente la Universidad Nacional de La Plata, cuya inédita acción permitió morigerar los alcances del acontecimiento (que no registraba antecedentes para el caso del estuario de un río ). La tarea desarrollada, la compatibilidad de criterios y la articulación lograda con la P.N.A. generó el equipamiento conjunto de una nave científica a operar con la S.P.A. hecho destacable por lo inhabitual, lamentablemente abandonado por la Autoridad Provincial subsiguiente a nuestra gestión.


Actualmente Ud. sigue en contacto directo con la cuestión ambiental, ¿considera que a nivel de la Provincia de Buenos Aires y a nivel Nacional se avanza en este tema ? ¿La gestión pública en cuestiones de control es, a su criterio, adecuada?

Reconociendo que es materia opinable, mi percepción es que se abandonó la filosofía inicial que motorizó, en la década anterior, la abundancia de acciones normativas y fiscalizadoras que la caracterizaron. Advertí sobre este tema (no quiero ser autoreferencial pero hace al asunto) en un artículo publicado en La Ley N† 236 del 6 de diciembre de 2002 con referencia a la Provincia. Opino firmemente que la acción fiscalizadora es crucial y sin ella, toda normativa pasa a ser letra muerta y, lo que es más grave, genera en la comunidad una visión de incredulidad en las Instituciones Gubernamentales. No se debe soslayar el hecho que la ausencia del Estado ha incrementado la presencia de la Justicia a quien el ciudadano recurre en busca de respuesta. Por otra parte, la creación de la ACUMAR genera un nuevo desafío de integración y acción coordinada en la que se cifran nuevas esperanzas.



En su contacto con el sector empresario vinculado al tratamiento y transporte de residuos industriales y patogénicos ¿Las personas cuentan con un compromiso serio hacia el medio ambiente o solamente lo hacen porque es su trabajo?

Sin desconocer que la motivación empresaria está signada básicamente por la obtención del lucro, paulatinamente se ha evolucionado en la mejora tecnológica y el comportamiento social. Vale recordar que la industria ambiental, servicios y consultorías en sus distintas especialidades, inició su existencia fáctica promediando la década del noventa y se consolidó con la creación de la S.P.A. que habilitó legalmente no menos de treinta empresas con variadas tecnologías (procesos físico-químicos, incineración, landfarming, rellenos de seguridad etc.). Creó Registros Profesionales y, en general, puso en marcha el sistema normativo y de control que rige hasta la actualidad.

Corresponde señalar que se detecta preocupación en el ámbito empresario por el futuro mediato ya que el crecimiento de residuos industriales, por la dinámica de la producción, no tiene correlato en la construcción de nuevas plantas de tratamiento y este verdadero problema cuya complejidad, de ser desarrollada, excede largamente el presente, debe merituarse adecuadamente por la Autoridad específica para que no ocurra lo que apreciamos en los Residuos Sólidos Urbanos.



¿Cuáles son las principales variables y/o acciones ambientales que considera Ud. deberían ser implementadas en los próximos 5 años?

Teniendo presente que lo ambiental es un “Objetivo del Milenio”, hay estrategias que refieren a la complejidad de un mundo globalizado, que debo soslayar atento la diversidad y amplitud de los intereses involucrados, cuya valoración excede largamente una opinión responsable. Concentrando el análisis en eventuales acciones ambientales en un futuro cercano considero básico:

a) Jerarquización de la gestión en el organigrama gubernamental con un nivel acorde a los tiempos y la tendencia mundial.

b) Capacitación permanente de cuadros técnicos y administrativos, ejerciendo en niveles reconocidos y adecuados en las estructuras del Organismo.

c) Acción pública de fomento de la industria, basada en incentivos y desincentivos porque con un apropiado cambio y/o actualización de las reglas, las mismas fuerzas que degradan el medio ambiente pueden contribuir a recuperarlo.

“Prohibir como obligar, es una medida extrema; lo que hay que hacer es subsidiar o gravar actividades en función de su impacto sobre el medio ambiente”, David W. Pearce (1941-2005, ciudadano inglés que, en su país, incorporó lo ambiental en la agenda de los economistas).

Obviamente hay otras variables y acciones que resulta largo enumerar, pero considero, en mayor nivel de abstracción lo indicado.

¿Qué recomendaciones, con su vasta experiencia en el tema y su gestión en el Gobierno, cree Ud. podría brindarle a nuestros lectores?

Es dable, en el discurso político como una muletilla complementaria de seguridad, salud y educación, afirmar la importancia del medio ambiente, sin poner en juego convicciones que se traduzcan en acciones que avancen más allá de lo retórico. Deviene necesario, digo indispensable, jerarquizar el área ambiental en la Provincia, y a fuer de reiterativo, enfatizar la palabra jerarquizar que implica, no solamente un nivel en la Ley de Ministerios, sino una auténtica preocupación política con referencia al tema.

Finalmente, en la niñez de nuestra generación, no tan lejana, cuando el docente nos indicaba dibujar el progreso garabateábamos una fábrica con su chimenea echando humo. Es evidente que hoy hemos dado un salto cualitativo y cualquier educando se expresa con un acopio de información superadora, vale decir, un nuevo paradigma se ha gestado. Ello requiere como precondición una “cultura ambiental” que si no se vive y practica en la comunidad, la política no la asume como propia. En tal sentido, resulta ilustrativa la reflexión del recordado Sumo Pontífice Juan Pablo II quien expresó : “El silencio del pensamiento hace balbucear a la política” concluyendo, “El piso cultural es quien nutre los bajos del edificio de la política con ideas, proyectos , concepciones sociales, utopías, luces sobre la existencia, visiones de futuro, historia. Cuando la planta cultural guarda silencio, el bajo se convierte en un bazar electoral” cfr.A.Frossard “El mundo de Juan Pablo II” Ed. Rialp, pag.106.

Es hora que asumamos, cada uno desde nuestro lugar, un fuerte compromiso: trabajar por la cultura ambiental, sinónimo de cultura de vida.