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Reportaje a Atilio Savino, Ex Secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación y actual Presidente de la International Solid Waste Association.

 

"Vamos a ser testigos-participantes de un nuevo cambio de época, donde la base productiva y energética del mundo está cambiando, por lo tanto hay que buscar un nuevo posicionamiento ante este cambio"


Atilio Savino, Contador, Licenciado en Economía, Secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, desde marzo de 2003 a Julio de 2006, mientras formaba parte del Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación. Se desviculó cuando la Secretaría pasó a formar parte del organigrama de la Jefatura de Gabinete. Quedó en el Ministerio de Salud, donde asumió como Secretario de Determinantes de la Salud y Relaciones Sanitarias, con responsabilidad para todo lo que se llamó el Programa de Vida Saludable que casualmente cruza y atraviesa también los temas ambientales.
Desde la terminación de la gestión pública en el año 2007, además de asesorar algunas de las provincias de nuestro país, fue asesor hasta diciembre del año pasado del senador Filmus, responsable de la Comisión de Ambiente del Senado de la Nación. Colaboró con consultarías de algunos programas internacionales, mas allá de que en la actualidad, y desde hace un año, es Presidente de la International Solid Waste Association.


Usted, en su oportunidad, tuvo la responsabilidad de organizar y conducir la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación. ¿Podría explicar cuáles fueron los principales objetivos que se impuso en aquel momento? Si fuera necesario explicar muy brevemente el contexto ambiental de la Secretaría cuando asumió el cargo.

En primer término, nuestra visión fue tener en cuenta todos los puntos de vista tanto a nivel nacional, como también a nivel provincial y municipal.
No es menor el tema institucional en una secretaría ambiental nacional. Lo que se necesita, conociendo la Constitución Nacional donde el tema ambiental no ha sido delegado por las provincias en la Nación, es que una de las principales cosas fue restituir y activar el Consejo Federal del Medio Ambiente. Para eso no solamente volvimos a la periodicidad de las reuniones, sino también a intentar que no fueran meras reuniones de tipo club, sino todo lo contrario. Se centraban en el intento de buscar consensos, especialmente en aquellos temas que eran realmente conflictivos. Hoy todavía hay una gran discusión vigente acerca del alcance que pueden tener las leyes de presupuestos mínimos y su aplicación en las provincias. Creo que este fue uno de los primeros avances de la gestión donde se pudo discutir y consensuar muchas de las cosas que, hasta ese momento, se tenían como imposible de lograr por parte de la Nación.
Por otro lado, nos parece que una secretaría de ambiente nacional, se debe marcar un rumbo definido para políticas estratégicas. No puede pensar que es una secretaría basada en la propia gestión, sino más que nada en la fijación de líneas estratégicas que cubran tanto los perfiles productivos del país, como la educación, sus aspectos claramente sociales y, en ese sentido avanzar, con cada uno de estos temas en sus lugares de aplicación. Así se trabajó en los temas específicos como pueden ser aquellos ligados a la agenda marrón en cuanto a controles de contaminación o a la agenda más verde relacionada con la biodiversidad, política forestal, etc.
También nos pareció importante, y a eso le dedicamos un tiempo crucial, la presencia de Argentina en las distintas convenciones internacionales porque, en definitiva, el hecho de ser protagonista es decisivo en cada una de estas convenciones.
Como bien saben la tarea abarca prácticamente todos los puntos donde el ambiente está presente, no solamente a nivel de Latinoamérica sino también en la interacción de los países latinoamericanos con el resto del mundo. Ahí entendimos que Argentina tuvo un rol protagónico en el tema de Cambio Climático en la medida que conseguimos y organizamos la CopX en Buenos Aires.
En aquellos momentos fuimos partícipes directos de la puesta en vigencias del Protocolo de Kyoto, de todas las políticas relacionadas con la capa de ozono, del Programa del Convenio de Montreal, el cual se viene aplicando en la Argentina, como así también todas las otras convenciones vinculadas con la temática ambiental.
Resumiendo, nuestro objetivo en aquel momento era tener una presencia nacional, regional e internacional. Hacer de lo nacional una fuente de medidas estratégicas, respetando el interés y las decisiones provinciales y buscar con nuestras medidas proteger y alentar la producción dentro de lo que denominamos desarrollo sostenible, producción limpia, etc., etc., teniendo en cuenta también el aspecto social que, como saben, cuando hay problemas ambientales los que más sufren son aquellos que menos poder adquisitivo tienen.


¿En esta gestión se contó con el apoyo explícito de las autoridades nacionales o provinciales, o tomaban este tema como una gestión obligatoria simplemente para cumplir?

Debo destacar que a nivel nacional enseguida fuimos invitados a participar en la reunión donde estaban representadas todas las secretarías relacionadas con los aspectos productivos. Se organizaba desde el Ministerio de Economía y estaban involucrados todos aquellos con responsabilidades con el aparato productivo nacional. Al poco tiempo fuimos invitados a participar y por lo tanto -en esas reuniones que eran semanales o quincenales- se podían discutir de qué manera cada política sectorial debía tener un ancla en lo ambiental y, desde el punto de vista de la participación de las provincias, es un poco lo que decía anteriormente. Es decir, la representación provincial en el COFEMA estaba no solamente garantizada sino alentada por la Secretaría, ayudada mediante el necesario apoyo financiero para estar presente en las reuniones y, además, en la colaboración de diseño de planes estratégicos en las distintas situaciones.

Actualmente Ud. sigue en contacto con los temas ambientales, ¿considera que, a nivel nacional, se está avanzando en el tema y que la gestión, en cuestiones de control, es adecuada?

Yo creo que, para tomarlo de otra forma, como decía cuando estaba en la Secretaría: trabajaba y sigo trabajando con la idea de que la noción de Comando y Control es un tema agotado en los sistemas organizativos de secretarías ambientales. Más allá de que deben ejercitarse los controles, no me parece que deben ser la base de la política, sino que la base de la política es el cambio de actitudes a nivel público y a nivel privado. Sino caemos en que para que no se tale un bosque hay que poner un policía al lado de cada árbol, lo cual sería inaplicable e ineficiente. Por lo tanto, lo que deben cambiar son las políticas tanto públicas como privadas apuntando a un desarrollo sostenible concreto. Si realmente confiamos y somos parte de la idea básica de lo que es el desarrollo sostenible, no va a agotarse el control, pero debería ser muchísimo más fácil coordinar políticas en los distintos ámbitos.

Entonces volviendo al tema, ¿la actividad privada tiene que tener, para lograr una conservación eficiente, incentivos para que sea más conveniente conservar que destruir?

A mí no me gusta el término conservar. Me parece que conservar es mantener algo, cuando a lo que yo apunto es al desarrollo sostenible. El desarrollo es cambio, es progreso. A partir de una idea fundamentada, por supuesto con base en el ser humano, buscar una mejor calidad de vida para ese ser humano. A partir de allí esa idea de cambio permanente debe estar basada en la utilización correcta de nuestros recursos naturales, la posibilidad de que las nuevas generaciones tengan las mismas chances de utilizar los recursos que la nuestra. Por lo tanto, me parece que la visión debe estar centrada en qué manera acrecentamos ese patrimonio natural permanente a partir de nuestras capacidades, de nuestro conocimiento y de las debidas inversiones.


Usted que sigue muy vinculado con el sector de residuos ¿ve que el tema de residuos, tanto el tratamiento, como la recolección es algo que se está tomando con la seriedad que corresponde? o ¿podrían mejorarse muchas cosas sin que esto signifique inversiones presupuestarias importantes?


Yo creo que hay una dificultad de difusión de este tema, mas allá de que se hace a veces poco, a veces un poco más. Me parece que no se discute adecuadamente y que se cambian los objetivos. Digamos que se ponen objetivos inalcanzables sin tener política, para ser más explícito.
Se piensa muchas veces que por tener una legislación, que no solamente dé un marco sino que fije objetivos, eso puede ser posible sin planificación, sin estrategias y sin planes. Lo que generamos son frustraciones y críticas y, además, me parece que debiera haber un mayor compromiso por parte de las autoridades de los distintos niveles para, precisamente, producir estas estrategias. Ellas deben contemplar no solamente al sector productivo, porque en definitiva uno no puede minimizar la generación de residuos sino trabaja en conjunto con el sistema productivo. Esto es así porque, en definitiva, el sistema productivo es el que genera el producto que luego de usarse puede convertirse en un residuo. Entonces tiene que haber una comprensión y una visión mucho más integral acerca de cómo se generan los residuos, de qué manera tienen que manejarse. Esto implica una relación con todos los actores protagónicos en un circuito de generación de residuos, desde los productores hasta los consumidores, pasando por los que marcan y establecen las regulaciones. De esta manera buscar para cada lugar en concreto, para cada región en concreto, una solución integral que contemple no solamente las variables económicas, sino también las sociales y ambientales.

Y en ese sentido, ¿cómo ve -ya que es un tema puntual y que preocupa a la comunidad- el desarrollo de los rellenos sanitarios que tienen que ver con la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires?

Lamentablemente esto hace a lo que decíamos anteriormente. Me parece que hay una falta de discusión seria sobre este tema; me parece que se utilizan frases hechas, inclusive en mensajes incorrectos; se crean mitos que, como tales, no tienen nada que ver con la realidad. Lo que sucede diariamente, algo así como un enfrentamiento entre la opinión pública y un método, –el relleno sanitario– que en definitiva debe ser parte de un sistema integral, pero que en países como el nuestro debe convertirse en algo así como su columna vertebral. Para eso se necesita establecer que prácticamente –lo contrario a lo que se cree– no es el relleno sanitario el que va a generar problemas en la salud en la población, sino todo lo contrario, esos rellenos sanitarios, construidos con las tecnologías que están a nuestro alcance y que son de conocimiento a nivel internacional, van a garantizar la vida y la calidad de vida y la salud de los habitantes. Hasta que esto no sea debidamente presentado y comprendido van a seguir existiendo estos rechazos a un método que en países importantes, y parecidos en cuando a la extensión geográfica, como pueden ser Australia y Estados Unidos, teniendo uno escasa población y el otro una población realmente importante pero siendo ambos países con vastos territorios, en los que prácticamente el 70% de los residuos generados son enviados a rellenos sanitarios. Nos parece que en un país como el nuestro también este debería ser, como decíamos antes, algo así como su suerte de columna vertebral, sin implicar esto que deben dejarse de lado todos los otros instrumentos o herramientas de un sistema integral de residuos, pasando, por supuesto, por una política de minimización, reciclado, utilización de otras tecnologías, etc., etc.


Usted que estuvo organizando todo el tema de la COP10, el cambio climático es algo incontrastable, se nos viene seguro, tiene toda una serie de implicancias, en el 2012 vence el Protocolo de Kyoto ¿Cómo ve la evolución de esta temática a nivel país y a nivel internacional?

Bueno, yo creo que es cierto lo que vos decís, de alguna manera creo que hay a nivel internacional un consenso generalizado: que el cambio climático existe y que es producido por las actividades del hombre. A partir de ahí uno puede tener una gama distinta acerca del respaldo científico de muchas de estas afirmaciones. Yo soy de aquellos que no solamente creen en cuanto al desarrollo científico y a las predicciones que estos desarrollos implican con referencia a un futuro con alto contenido de dióxido de carbono en nuestra atmósfera. Por lo tanto soy también de los que está plenamente convencido de que, a nivel nacional e internacional, se deben hacer mayores esfuerzos para reducir la concentración atmosférica de carbono.
Si me preguntás cuál es mi visión acerca del avance, yo creo que uno muchas veces se guía por eventuales éxitos o fracasos de reuniones internacionales. A mí me gusta más analizarlo a partir de cuál es el reconocimiento a partir de políticas tanto nacionales, y cuando digo nacionales, digo no solamente políticas públicas, sino también decisiones de los sectores privados en este sentido. Me parece que ha habido un significativo avance en cuanto al grado de compromiso, tanto a nivel privado como a nivel público que no es menor.
Esto creo que es algo que uno debe destacar: que países que sin estar incluidos en el Anexo 1, o sea aquellos que supuestamente no han utilizado las ventajas del desarrollo industrial del siglo XIX, como China, India y Brasil, por ejemplo, han presentado últimamente sus políticas nacionales y sus decisiones de reducir emisiones. Esto me parece que es un paso significativo, importante y positivo para el tema de control o para mitigación de los gases de efecto invernadero.
Piensen que prácticamente en la reunión de los 17 mayores emisores, o sea son países que entre todos generan más del 80% de gases de efecto invernadero, si lograran aplicar políticas coherentes de reducción, estamos enfocando el tema en forma correcta.
Tengo dudas acerca de la estructura institucional para llegar a acuerdos definitivos, me parece que el tema de la convención padece de alguna suerte de agotamiento para buscar las soluciones definitivas. Piensen que por la estructura de negociación de la Convención de Cambio Climático deben arribarse a soluciones de consenso, esto implica que los ciento ochenta y pico o ciento noventa países deben estar todos a favor de encontrar algo que obligue a todas las naciones del mundo. Sin embargo, uno solo que se pare arriba de la mesa para estar en contra por razones políticas, ideológicas, económicas o sociales puede frustrar cualquier clase de acuerdo. Me parece que las soluciones que se intentan buscar a nivel de los gobiernos las deben aplicar, no solamente los gobiernos, sino los decisores económicos últimos, es decir, los individuos y las empresas. Por lo tanto hay como una suerte de dicotomía en cuanto a los eventuales compromisos que pueden tomar los gobiernos cuando dentro de esos gobiernos hay empresas e individuos que pueden comportarse de forma distinta.
Me parece que debería buscarse una nueva inteligencia que trate de incluir todos estos actores decisivos, pienso en políticas por sectores de producción, por supuesto con compromisos bien establecidos en cuanto a reducción de emisiones. En definitiva, esto es pensar que el cambio climático se desenvuelve en un cambio de época. Seguramente aquellos que eran protagonistas contemporáneos al inicio de la revolución industrial, no se daban cuenta de que había un cambio copernicano en cuanto a la época que estaban viviendo. Me parece que nosotros ahora vamos a ser testigos-participantes de un nuevo cambio de época donde la base productiva y energética del mundo está cambiando, por lo tanto hay que buscar un nuevo posicionamiento ante este cambio que para mí es inevitable.


¿Cuáles son las principales acciones ambientales que recomendaría llevar adelante y que hoy en día no se están haciendo en la Argentina?


Yo creo que se necesita un mayor trabajo de complementación entre las políticas públicas y las privadas. A partir de allí, que las políticas públicas sean consensuadas donde haya una adecuada participación de la Nación y las provincias. Asimismo esto debería ser uno de los temas básicos de un Estado que debe tener continuidad y que esas políticas no deberían cambiarse a partir de las diferentes gestiones que pueden tener el manejo de la Secretaría. Creo que lo que habría que buscar son mínimos consensos, líneas estratégicas importantes –que no deben ser muchas–, y que todos sabemos están relacionadas con el uso de los recursos naturales, la protección de biodiversidad, evidentemente el cambio climático y la inclusión de los sectores productivos en una agenda de desarrollo.


Bueno, muy bien, muchísimas gracias.
No a ustedes y felicitaciones por todo lo que hacen.